martes, 22 de octubre de 2013

La Ciencia redescubre los Registros Akashicos

Dios existe. La vida eterna también. Y todo cuanto fuimos, somos y seremos quedara registrado en un superordenador que recuerda sorprendentemente a los registros akashicos de  la doctrina esotérica. Una nueva teoría sobre la existencia de Dios, la resurrección y la vida eterna en la que su autor Frank J. Tipler, propugna que en el futuro habrá maquinas capaces de reproducir todo lo que fue, es y sera, incluido el hombre cuya ultima morada sera el ciberespacio.

Una teoría científica, solo apta para quienes tengan tres doctorados (en relatividad, física de partículas y ciencias de la computación). Según su autor, el físico norteamericano y profesor de física matemática en la Universidad de Tulane (Nueva Orleans) Frank J. Tipler, el Universo es -o se comporta como- un programa informático que se encuentra en sus primeras fases de instalación. Por ello no somos capaces de comprenderlo si no imaginamos -o construimos con hipótesis razonables- la historia completa de la evolución, que es esta perspectiva global la que nos permite descubrir el sentido de la vida y de la inteligencia.

Partiendo de la evidencia de que el Universo tiene 14.000 millones de años, y que existirá al menos 100.000 millones de años mas, Tipler señala que la visión de la ciencia se ha elaborado conociendo tan solo la parte mas pequeña de la historia del Cosmos, y propone una nueva perspectiva fundamentada en toda la historia del Universo: la pasada, la presente y la futura.

La historia futura, si bien no ha ocurrido, puede deducirse a través de elaboradas ecuaciones matemáticas y aportarnos el enfoque de conjunto necesario para comprender el Universo. Según esta visión global elaborada por ordenador, el Universo y todas las estrellas y planetas se extinguiran cuando ocurra el inevitable colapso, pero la tecnología que por aquel entonces habremos sido capaces de desarrollar impedirá que la vida desaparezca. Antes de que la Tierra llegue a su fin, la vida adquiríra formas no biológicas y se expandirá por todo el Universo. Nuestra especie perecerá finalmente, pero la civilizacion humana continuara su andadura en las sofisticadas maquinas que habremos fabricado en unos cuantos millones de años mas. Así, los robots del futuro serán nuestros mejores descendientes, capaces de superar con creces nuestras mayores proezas históricas, tanto intelectuales como tecnologicas e incluso emotivas.

Usando modelos matemáticos computerizados, Tipler calcula que el Universo llegara a su fin dentro de (un uno seguido de 16 ceros) años, momento en que recuperara su estado inicial: la singularidad. Para ese entonces, el megaordenador que habremos construido, basado en la energía cuántica, sera el que impida el colapso de la vida. Lo conseguirá desplegando un universo paralelo, replica fiel del actual, en un espacio virtual que durara un instante eterno.

A ese megaordenador Tipler le denomina Punto Omega. Dice que es un ser personal y omnisciente y lo identifica con el Dios de las diversas tradiciones religiosas. El sera quien en ese momento devolverá a la vida a todos los seres humanos que en el mundo han sido, e incluso a los que debieron ser y no fueron porque se quedaron en algunos de los universos múltiples.

La resurrección de los muertos que propugna Tipler ocurrirá en infinitesimales fracciones de segundo antes del fin del Universo. Tendrá lugar en el espacio virtual del ordenador universal del futuro, una enorme computadora con toda la información en su poder y una capacidad infinita de procesamiento que recreara nuestras vidas en un ciberespacio ajeno a la realidad finita del Universo en extinción. A ese rincón del ciberespacio Tipler le llama la "mente de Dios". 

Este ciberespacio, en el que desarrollaremos una vida mucho mas sofisticada que la actual, es comparado con el cielo de las tradiciones religiosas. Nuestra resurrección en ese cielo virtual tendrá lugar porque cada ser humano podrá ser almacenado en su totalidad como un fichero informático: Tipler ya sabe la memoria de ordenador que ocupamos cada uno de nosotros. Una vez desplegado completamente en el programa del Universo, cada ser humano podrá ser recuperado (o reconstruido) por el gran ordenador cósmico. Según esta teoría, el Universo en el que ha surgido la vida, la conciencia y el amor, es un inmenso programa informático que -a modo de registro akashico- ha ido archivando la historia en todas sus manifestaciones, por lo que al final de los tiempos podrá reconstruirla en un inmenso espacio virtual recreado por el Punto Omega. Ese Punto Omega o Dios no es un hecho consumado, sino un ser, dice Tipler que hoy esta en proceso de existir y que solo alcanzara su plenitud al final de los tiempos.

Esencialmente, esta teoría se basa en el supuesto de que toda la vida se reduce a información, también la del ser humano, que seria un sofisticado procesador con (alma) digital.  

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