El guerrero, de pelo rojizo, fue enterrado con polainas y un tartán de tela roja, una de las mujeres tenia el pelo recogido en una trenza que parecía recién hecha y lucia un llamativo vestido rojo, mientras que otra de ellas usaba un sombrero cónico similar al de una bruja.
Además, el lugar donde estaban enterrados fue marcado con unas estructuras de piedra tipo dolmen, muy similar a las que se encuentran en Gran Bretaña, y adornado con iconos femeninos que aun hoy pueden verse en iglesias medievales inglesas.
Los arqueologos, maravillados ante tal descubrimiento, quisieron verificar el aspecto de las momias con la prueba del ADN. Los resultados fueron claros: los cinco cuerpos son de origen europeo, y probablemente pertenecieron a la Edad de Bronce celta.
Este hallazgo sugiere una conexión entre Occidente y Oriente, y arroja valiosas pistas sobre el comienzo de nuestra historia. Parece ser que los movimientos migratorios de personas no son solo de nuestro tiempo, aunque a los investigadores les inquieta saber como un celta europeo fue capaz de llegar hasta China.
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