Phineas Gage paso a la historia en 1848 como hombre que, contra todo pronostico, sobrevivio a un terrible accidente que destrozo buena parte del lóbulo frontal izquierdo de su cerebro, pese a lo cual su mente continuo funcionando lo bastante bien como para permitirse reincorporarse al mundo laboral.
Gage se convirtió así en el protagonista de lo que muchos expertos consideran el caso mas famoso de la Historia de la neurociencia. Sin embargo, la personalidad de Gage cambio de modo drástico, algo que los medicos de aquella época atribuyeron a los destrozos en su cerebro, aunque, dado el estado de la ciencia medica de entonces, no fue posible determinar el alcance exacto de la lesión.
El protagonista de esta historia dejo de ser un veinteañero amable y respetuoso para convertirse en una persona irreverente y un tanto lunático e indisciplinado. Sus conocidos decían que ya no era la misma persona. A lo largo del tiempo, los científicos han debatido mucho sobre la severidad y la ubicación exactas de la lesión de Gage, así como sobre sus efectos.
Ahora, por primera vez, unos investigadores han profundizado en el caso. Un equipo de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) (EE.UU.) ha recuperado datos de escaneos cerebrales del caso, gracias a los cuales han logrado reconstruir los daños sufridos por los circuitos de materia blanca que conectan varias regiones del cerebro.
Según el equipo del neurólogo Jack van Horn aunque solo un 4% de la corteza cerebral de Gage fue atravesada por la varilla que salio disparada contra el, se daño mas del 10% del total de materia blanca, lesiones que probablemente contribuyeron de modo significativo al cambio de personalidad de Gage.
El nuevo estudio también ha verificado que hubo una perdida importante de la materia blanca que conecta las regiones frontales izquierdas y el resto del cerebro, lo que seguramente también influyo -mas incluso que los daños directos sufridos por la corteza- en el cambio de personalidad de Gage.
El cráneo de Gage se encuentra expuesto en el Museo Warren de Anatomía, en la Escuela Medica de la Universidad de Harvard, en Cambridge (Massachusetts, EE.UU.). Tiene 189 años y es tan frágil que no resistiria nuevos escaneos. Por eso este estudio se basa en una serie de datos obtenidos en un escaneo antiguo que habían sido extraviadas.
Gage se convirtió así en el protagonista de lo que muchos expertos consideran el caso mas famoso de la Historia de la neurociencia. Sin embargo, la personalidad de Gage cambio de modo drástico, algo que los medicos de aquella época atribuyeron a los destrozos en su cerebro, aunque, dado el estado de la ciencia medica de entonces, no fue posible determinar el alcance exacto de la lesión.
El protagonista de esta historia dejo de ser un veinteañero amable y respetuoso para convertirse en una persona irreverente y un tanto lunático e indisciplinado. Sus conocidos decían que ya no era la misma persona. A lo largo del tiempo, los científicos han debatido mucho sobre la severidad y la ubicación exactas de la lesión de Gage, así como sobre sus efectos.
Ahora, por primera vez, unos investigadores han profundizado en el caso. Un equipo de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) (EE.UU.) ha recuperado datos de escaneos cerebrales del caso, gracias a los cuales han logrado reconstruir los daños sufridos por los circuitos de materia blanca que conectan varias regiones del cerebro.
Según el equipo del neurólogo Jack van Horn aunque solo un 4% de la corteza cerebral de Gage fue atravesada por la varilla que salio disparada contra el, se daño mas del 10% del total de materia blanca, lesiones que probablemente contribuyeron de modo significativo al cambio de personalidad de Gage.
El nuevo estudio también ha verificado que hubo una perdida importante de la materia blanca que conecta las regiones frontales izquierdas y el resto del cerebro, lo que seguramente también influyo -mas incluso que los daños directos sufridos por la corteza- en el cambio de personalidad de Gage.
El cráneo de Gage se encuentra expuesto en el Museo Warren de Anatomía, en la Escuela Medica de la Universidad de Harvard, en Cambridge (Massachusetts, EE.UU.). Tiene 189 años y es tan frágil que no resistiria nuevos escaneos. Por eso este estudio se basa en una serie de datos obtenidos en un escaneo antiguo que habían sido extraviadas.

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