La humanidad parece estar condenada a depender de los ciclos, incluso de aquellos que ha creado artificialmente, como es el caso de los calendarios. Lejos de quedar atrás con la llegada del año 2000, los temores milenaristas se resisten a desparecer y se adaptan a las nuevas circunstancias. Ya sea por la posibilidad de que se desencadene un conflicto bélico a escala global, por las nefastas consecuencias de los últimos desastres naturales o por la aparición de nuevas enfermedades, lo cierto es que los círculos mas catastrofistas están convencidos de que hay motivos para estar mas que preocupados.
En este contexto, aunque no necesariamente con el enfoque pesimista sino mas bien regenerador, ha emergido en muchos países americanos y europeos un movimiento de nueva era de clara influencia indigenista que promulga la inminencia de un acontecimiento a escala planetaria que cambiara por completo al ser humano.
Para unos, sera un suceso purificador que se manisfetara a través de fenómenos vinculados al Sol que purgaran el planeta y a la humanidad de su actividad agresora. Para otros, sera algo mucho mas sutil, aunque perceptible e imparable. En cualquier caso, lo cierto es que todos coinciden en la fecha aproximada en que se producirá: el 21 o el 23 de diciembre de 2012.
Los defensores de esta hipótesis aseguran que sus vaticinios se basan en el calendario maya, que parece señalar para el solsticio de invierno de 2012 el fin de la cuenta larga, un computo vigente entre los mayas del periodo clásico (entre el siglo III y el X de nuestra era). La cuenta larga representaría un ciclo de trece baktun (etapas integradas por 144.000 días o 394 años, aproximadamente), que sumarian un total de 5.126 años contados entre el 11 de agosto de 3.114 a.C. y el día del solsticio invernal de 2012.
Hay quien afirma incluso que algunas tradiciones mayas señalan esa fecha de 2012 como la extinción del "Quinto Sol" y también como el final del calendario maya. Esto la convertirá -siempre según las corrientes aludidas- en la ultima fase de un ciclo mucho mayor compuesto por cinco cuentas largas, que en conjunto ascenderían a 25.630 años. Una cifra que se aproxima sorprendentemente a la de la precesión de equinoccios (25.920 años), fenómeno que tal vez los astrónomos mayas pudieron llegar a calcular..
Frente a quienes lideran esta visión trascendente del computo maya se han alzado voces muy criticas, como el del profesor Robert K. Sitler, experto en cultura maya de la Stetson University de Miami (Florida, EE.UU.). "Una investigación de las principales corrientes del fenómeno 2012 -asegura- revela que solo tienen conexiones tangenciales con las realidades del mundo maya, y aun esos lazos tenues a veces exponen errores fundamentales cometidos por algunos asociados a este movimiento". Sitler, que a pesar de su rango académico no oculta su simpatía hacia los movimientos alternativos, se muestra rotundo: "Algunos entusiastas de la nueva era han usurpado selectivamente elementos de la cultura maya, a veces con la colaboración de especialistas religiosos indígenas, para intentar añadir un sabor autentico a sus diferentes teorías sobre la importancia del año 2012".
Hay varios elementos que apoyan las afirmaciones de Sitler. Por un lado, la excesiva importancia que, a su juicio, se ha dado a la cuenta larga, un computo de tiempo que se funde en otros ciclos mayores que no parecen tener principio ni fin. Por otro, la descontextualizacion de algunas profecías mayas: mientras los estudiosos las atribuyen a periodos pasados, los partidarios de la "hipótesis 2012" las aplican a un futuro inminente.
Para Sitler tampoco resulta genuino que se inventen calendarios con ingredientes de la tradición maya y que lleguen a ser mas populares que el calendario original, "que fue desarrollado y mantenido durante miles de años dentro de la tradición maya". Sitler alude de forma especifica a las practicas de personajes como José Arguelles, carismático líder mexicano que, además de crear su personalizado calendario maya, el Dreamspell, configurado en "maya galáctico", asegura que canaliza a los sacerdotes mayas, que "siguen nuestro proceso desde el espacio".
A pesar de todo, Sitler no menoscaba en absoluto la pericia de los antiguos astrónomos mayas. Por el contrario, remite a los hallazgos de investigadores como Jonh Mayor Jenkins, quien en su obra Maya Cosmogenesis 2012 explica que la cuenta larga no se inicio a partir de un acontecimiento singular celeste ocurrido en 3.114 a.C., sino que se estableció contando hacia atrás a raíz de la predicción de un fenómeno inusual que tendría lugar miles de años después: el 21 de diciembre de 2012. ¿Que fenómeno podría ser ese? Jenkins dice que podría tratarse de un singular alineamiento entre el Sol y la Vía Láctea, un fenómeno que ocurre cada año pero que en 2012 coincidirá con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, algo que sucede solo cada 25.800 años.
En este contexto, aunque no necesariamente con el enfoque pesimista sino mas bien regenerador, ha emergido en muchos países americanos y europeos un movimiento de nueva era de clara influencia indigenista que promulga la inminencia de un acontecimiento a escala planetaria que cambiara por completo al ser humano.
Para unos, sera un suceso purificador que se manisfetara a través de fenómenos vinculados al Sol que purgaran el planeta y a la humanidad de su actividad agresora. Para otros, sera algo mucho mas sutil, aunque perceptible e imparable. En cualquier caso, lo cierto es que todos coinciden en la fecha aproximada en que se producirá: el 21 o el 23 de diciembre de 2012.
Los defensores de esta hipótesis aseguran que sus vaticinios se basan en el calendario maya, que parece señalar para el solsticio de invierno de 2012 el fin de la cuenta larga, un computo vigente entre los mayas del periodo clásico (entre el siglo III y el X de nuestra era). La cuenta larga representaría un ciclo de trece baktun (etapas integradas por 144.000 días o 394 años, aproximadamente), que sumarian un total de 5.126 años contados entre el 11 de agosto de 3.114 a.C. y el día del solsticio invernal de 2012.
Hay quien afirma incluso que algunas tradiciones mayas señalan esa fecha de 2012 como la extinción del "Quinto Sol" y también como el final del calendario maya. Esto la convertirá -siempre según las corrientes aludidas- en la ultima fase de un ciclo mucho mayor compuesto por cinco cuentas largas, que en conjunto ascenderían a 25.630 años. Una cifra que se aproxima sorprendentemente a la de la precesión de equinoccios (25.920 años), fenómeno que tal vez los astrónomos mayas pudieron llegar a calcular..
Frente a quienes lideran esta visión trascendente del computo maya se han alzado voces muy criticas, como el del profesor Robert K. Sitler, experto en cultura maya de la Stetson University de Miami (Florida, EE.UU.). "Una investigación de las principales corrientes del fenómeno 2012 -asegura- revela que solo tienen conexiones tangenciales con las realidades del mundo maya, y aun esos lazos tenues a veces exponen errores fundamentales cometidos por algunos asociados a este movimiento". Sitler, que a pesar de su rango académico no oculta su simpatía hacia los movimientos alternativos, se muestra rotundo: "Algunos entusiastas de la nueva era han usurpado selectivamente elementos de la cultura maya, a veces con la colaboración de especialistas religiosos indígenas, para intentar añadir un sabor autentico a sus diferentes teorías sobre la importancia del año 2012".
Hay varios elementos que apoyan las afirmaciones de Sitler. Por un lado, la excesiva importancia que, a su juicio, se ha dado a la cuenta larga, un computo de tiempo que se funde en otros ciclos mayores que no parecen tener principio ni fin. Por otro, la descontextualizacion de algunas profecías mayas: mientras los estudiosos las atribuyen a periodos pasados, los partidarios de la "hipótesis 2012" las aplican a un futuro inminente.
Para Sitler tampoco resulta genuino que se inventen calendarios con ingredientes de la tradición maya y que lleguen a ser mas populares que el calendario original, "que fue desarrollado y mantenido durante miles de años dentro de la tradición maya". Sitler alude de forma especifica a las practicas de personajes como José Arguelles, carismático líder mexicano que, además de crear su personalizado calendario maya, el Dreamspell, configurado en "maya galáctico", asegura que canaliza a los sacerdotes mayas, que "siguen nuestro proceso desde el espacio".
A pesar de todo, Sitler no menoscaba en absoluto la pericia de los antiguos astrónomos mayas. Por el contrario, remite a los hallazgos de investigadores como Jonh Mayor Jenkins, quien en su obra Maya Cosmogenesis 2012 explica que la cuenta larga no se inicio a partir de un acontecimiento singular celeste ocurrido en 3.114 a.C., sino que se estableció contando hacia atrás a raíz de la predicción de un fenómeno inusual que tendría lugar miles de años después: el 21 de diciembre de 2012. ¿Que fenómeno podría ser ese? Jenkins dice que podría tratarse de un singular alineamiento entre el Sol y la Vía Láctea, un fenómeno que ocurre cada año pero que en 2012 coincidirá con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, algo que sucede solo cada 25.800 años.

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