Coches que Funcionan con Agua

A lo largo de la historia numerosos inventores han demostrado que el agua puede utilizarse como combustible para propulsar coches. Aquí ofrecemos algunos ejemplos de como el agua podría convertirse -si lo permitieran los grandes monopolios del petróleo- en la mas barata, ecológica e inagotable fuente de energía.

Hace varias décadas que se investigan las posibilidades del agua como materia prima para la propulsión de vehículos. La técnica consiste en descomponer el agua en hidrógeno y oxigeno por medio de electrólisis. En este contexto se inscriben los inventos del tejano Charles H. Garret, quien creo y patento el primer carburador eléctrico en 1935, el boliviano Francisco Pacheco, inventor de un motor propulsado por agua de mar en 1941, y el español Arturo Estevez Valera, autor de un sistema para propulsar coches con agua en la década de los sesenta del siglo pasado.

Garret ofreció una demostración privada de su carburador en septiembre de 1935, un dispositivo mediante el cual había logrado sustituir la gasolina por agua en los motores de combustión interna. El modelo de la prueba impulso un motor de cuatro cilindros durante varios minutos a distintas velocidades y con varias paradas y arranques. Pero, según Garret, el había logrado mantener en funcionamiento su dispositivo durante 48 horas, y los únicos cambios que tuvo que hacer para transformar el coche de gasolina en uno de agua consistieron en instalar su carburador eléctrico y colocar un generador con el doble de capacidad normal para conseguir la energía necesaria para descomponer el agua. Sin embargo, a pesar de cumplir todos los requisitos de seguridad, rendimiento, economía y velocidad, el invento no contó ni con el apoyo del gobierno ni con el de la industria automovilistica.

Años después, en plena Guerra Mundial, el físico boliviano Francisco Pacheco ideo un generador de hidrógeno que usaba agua de mar como combustible, consiguiendo que un deposito de unos 30 litros impulsara una lancha de 9 metros de largo durante mas de nueve horas. El dispositivo separaba el hidrógeno del agua de mar según las necesidades de la embarcación, ya que el deposito se autobastecia simultaneamente por medio de una bomba. Además de la lancha, Pacheco uso también su generador para impulsar un coche, una segadora y una linterna de gas. Pero de nuevo tanto el inventor como el invento murieron sin conseguir el reconocimiento oficial.

Otro inventor seria el español Arturo Estevez. Hace mas de cuarenta años aparecía en el diario Ya un articulo firmado por un tal S. P. C. en el que se hablaba de un motor de agua inventado por Estevez, un extremeño del Valle de la Serena. Durante una rueda de prensa, Estevez quiso presentar su invento poniéndolo en marcha sin otro combustible que el agua del grifo. El motor, idéntico al de los coches de gasolina, llevaba acoplado un dispositivo que no era otra cosa que un simple voltímetro. España entera pudo observar la prueba por la pantalla de televisión, y parecía funcionar bien. Es mas, el ingeniero J. Sanchez Montero afirmo que el mismo vio entonces como un Seat 600 rodaba por su tierra con agua como carburante. Sin embargo, y por razones poco claras, el invento español de un coche de agua murió poco después de hacerse publico, cayendo inmediatamente en el olvido.

Aunque existen muchos inventos que utilizan el agua como combustible, la versión oficial afirma que las pilas donde se produce la electrólisis consiguen un rendimiento muy bajo (60-65%). Por eso se han descartado como método para descomponer el agua, siendo sustituidas por otras que invierten el proceso; es decir, mediante la reacción electroquímica entre el hidrógeno y el oxigeno del aire se produce electricidad y agua. Pero los vehículos que utilizan este sistema son todavía inviables por su poca autonomía y la necesidad de incorporar un gran deposito de hidrógeno liquido.

Existe otro tipo de pila de combustible, inventado por el estadounidense Stanley Meyer, que podría ser el perfecto recambio para la gasolina. Se trata de la Water Fuel Cell WFC (pila de agua), que admite tanto agua de mar como potable para que se queme igual que lo hace el gas o la gasolina. Este sistema permite que un átomo de hidrógeno libere tal cantidad de energía que convierte el agua en un combustible 2,5 veces mas potente que la gasolina (según el Consejo de Normalizacion de EE.UU.).

La pila de agua de Meyer no produce elementos contaminantes ni perdida de rendimiento del motor y podría estar disponible en poco tiempo para impulsar cualquier vehículo, grupo energético o bomba ya existentes, al precio de 1.500 dolares. Con todo a Meyer le costo mucho lograr los permisos oficiales para construir una planta industrial y fabricar su pila a gran escala. Y pocos días después de conseguirlo falleció inesperadamente. En la actualidad es su hermano Steven quien continua su trabajo.