En ocasiones se producen por casualidad, como le ha sucedido a un equipo del Toronto Western Hospital (Canadá): cuando estimularon a través de unos electrodos una zona del hipotálamo de un hombre afectado por obesidad mórbida para reducir su apetito, el paciente registro un espectacular incremento de memoria y capacidad de aprendizaje. Este hallazgo podría abrir las puertas a nuevos tratamientos para enfermedades como el alzheimer.
En otras, los descubrimientos socavan ideas preconcebidas. Es el caso por ejemplo, de un trabajo de la Universidad de Londres y Viena que ha puesto de relieve que para solucionar los problemas resulta mucho mas eficaz dejar de pensar en ellos y abstraerse que empeñarse en encontrar respuestas. Ello se debe a que el exceso de concentración bloquea la mente, mientras que el pensamiento creativo se desarrolla en el inconsciente. Algunas filosofías orientales lo sugieren desde hace siglos.
Precisamente un estudio de varias universidades de EE.UU. revela que la actividad neuronal esta modelada por nuestro contexto cultural. Al analizar los cerebros de diez estadounidenses y diez orientales, han descubierto que los primeros, imbuidos por los valores individualistas de su sociedad, presentan una actividad mayor en las zonas que rigen las tareas en las que prima lo concreto y aislado, mientras que en los segundos sucede justamente lo contrario: predomina las relaciones con lo colectivo y lo interdependiente.
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