Stanley Pons y Martin Fleischmann, electroquímicos de la Universidad de Utah en Salt Lake City, comunicaron los logros del proceso de fusión usando una bacteria conectada a electrodos de paladio sumergidos en un baño de agua pesada en marzo de 1989. Con el anuncio de este descubrimiento llego la idea de que se podría producir energía barata, limpia y mas o menos ilimitada. Pero poco después se clausuro la investigación.
Aunque un pequeño grupo de científicos siguió investigando con resultados positivos, creen que el cambio de actitud del DOE es un paso crucial para el retorno de la fusión fría a la escena científica. Para Peter Hagelstein, ingeniero del MIT y teórico de la fusión fría, la calidad de los documentos presentados es tremendamente significativa. La revisión dará la oportunidad de demostrar su valía. No hay garantía de financiacion, pero para una disciplina cuyo nombre es sinónimo de ciencia-basura, la revisión por parte del DOE constituye una gran oportunidad.
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