Hace miles de años que los maestros esotéricos sostienen que nuestro cuerpo se puede programar mediante el lenguaje y el pensamiento, una afirmacion que parece haberse probado científicamente.
Un equipo ruso encabezado por el biofisico y biólogo molecular Pjotr Garjajev descubrió que nuestro código genético actúa como un almacén de información y comunicacion. Al explorar el comportamiento vibratorio del ADN, los científicos observaron que los alcalinos de nuestro código genético siguen una gramática regular y tienen reglas fijas, al igual que los idiomas.
Este descubrimiento les llevo a considerar, entre otros aspectos, que los lenguajes humanos no aparecieron de forma casual sino que son un reflejo de nuestro ADN.
Únicamente un 10% del ADN se utiliza para construir proteínas, el otro 90% es considerado "ADN chatarra". Con la ayuda de lingüistas, los científicos rusos exploraron ese 90% aparentemente inútil, conforme a las reglas sintácticas, semánticas y gramaticales básicas.
Utilizando ciertos patrones de frecuencia en un rayo láser, influenciaron la frecuencia del ADN, y de ese modo, la información genética misma. Al basarse en la misma estructura básica tanto los pares alcalinos del ADN como la estructura gramatical del lenguaje, probaron experimentalmente que es posible usar el lenguaje humano para introducir modificaciones en el código genético.
Comprobaron así que el ADN viviente (en tejido vivo, no en vitro) reacciona a los rayos láser del lenguaje modulado e incluso a las ondas de radio, si se utilizan las frecuencias apropiadas.
Este descubrimiento ha puesto de relieve el gran poder de la genética de ondas, que podría llegar a tener una influencia decisiva sobre la formacion de los organismos.
Un equipo ruso encabezado por el biofisico y biólogo molecular Pjotr Garjajev descubrió que nuestro código genético actúa como un almacén de información y comunicacion. Al explorar el comportamiento vibratorio del ADN, los científicos observaron que los alcalinos de nuestro código genético siguen una gramática regular y tienen reglas fijas, al igual que los idiomas.
Este descubrimiento les llevo a considerar, entre otros aspectos, que los lenguajes humanos no aparecieron de forma casual sino que son un reflejo de nuestro ADN.
Únicamente un 10% del ADN se utiliza para construir proteínas, el otro 90% es considerado "ADN chatarra". Con la ayuda de lingüistas, los científicos rusos exploraron ese 90% aparentemente inútil, conforme a las reglas sintácticas, semánticas y gramaticales básicas.
Utilizando ciertos patrones de frecuencia en un rayo láser, influenciaron la frecuencia del ADN, y de ese modo, la información genética misma. Al basarse en la misma estructura básica tanto los pares alcalinos del ADN como la estructura gramatical del lenguaje, probaron experimentalmente que es posible usar el lenguaje humano para introducir modificaciones en el código genético.
Comprobaron así que el ADN viviente (en tejido vivo, no en vitro) reacciona a los rayos láser del lenguaje modulado e incluso a las ondas de radio, si se utilizan las frecuencias apropiadas.
Este descubrimiento ha puesto de relieve el gran poder de la genética de ondas, que podría llegar a tener una influencia decisiva sobre la formacion de los organismos.
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