Según anuncio la Administración Meteorológica de China, se van a construir una serie de instalaciones y bases en las áridas regiones del oeste del país capaces de producir lluvia y nieve artificial.
Una red de satélites e instalaciones terrestres controlara en todo momento el estado de las precipitaciones en las regiones afectadas, con el objetivo de que el cambio climático no tenga efectos negativos sobre el entorno ecológico de la zona.
Expertos chinos dijeron que se trataba de una especie de "transfusión de sangre" para revitalizar la agricultura de unas regiones extremadamente secas, que tendría unas consecuencias muy positivas para la economía del país.
Según un estudio, el 80% de los recursos hidricos de la provincia de Shaanxi se encuentran en la atmósfera y podrían ser explotados si se provoca de forma artificial lluvia o nieve. Falta por ver las consecuencias a largo plazo que tendrán estos intentos de modificar el clima.
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