miércoles, 4 de abril de 2012

La Inmortalidad cada vez mas Cerca de Convertirse en Realidad

Gracias a los continuos avances científicos, probablemente en dos o tres décadas veamos el inicio de la inmortalidad. Algunos científicos están ahora estudiando el proceso de envejecimiento como una enfermedad, pero lo más sorprendente es que parece ser una enfermedad curable.

La inmortalidad, un gran sueño humano desde el comienzo de la historia, parece estar cada día más cerca de convertirse en realidad. Afortunadamente, hoy es posible pensar tanto de una inmortalidad biológica como de una inmortalidad computacional.

La ciencia continuamente abre nuevas puertas del conocimiento. Lo que antes parecía imposible, a veces se vuelve realidad luego. Los teléfonos fijos, los aviones, los antibióticos, los satélites espaciales, las computadoras personales, los teléfonos celulares, la Internet, todos parecían magia en su momento. Ahora, afortunadamente, cada uno de esos descubrimientos e invenciones son considerados normales por las nuevas generaciones.

De hecho, muchas ideas a veces avanzan de la ciencia ficción hacia la ciencia real. Sir Arthur C. Clarke, el conocido científico y autor de ciencia ficción, escribió hace casi medio siglo sus famosas tres leyes del futuro:

1. Cuando un científico viejo y distinguido afirma que algo es posible, es casi seguro que está en lo correcto. Cuando afirma que algo es imposible, es muy probable que esté equivocado.

2. La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse más allá de ellos, hacia lo imposible.

3. Cualquier tecnología suficientemente avanzada no se diferencia de la magia.

Clarke creía que la humanidad llegaría a la inmortalidad física antes del final del siglo XXI. De hecho, los científicos vienen alcanzado grandes logros en estudios de longevidad durante los últimos años y, de continuar así, es probable que se llegue al control del envejecimiento en las próximas dos o tres décadas. Gracias a diferentes desarrollos científicos y tecnológicos, actualmente se han creado ratones que viven casi 3 veces su expectativa de vida promedio, mosquitas de la fruta (Drosophila melanogaster) que viven 4 veces más, y algunos gusanos que han logrado vivir 6 veces más que su expectativa de vida observada normalmente en el medio ambiente.

Los experimentos con ratones son especialmente importantes pues se estima que los ratones y lo seres humanos compartimos, según como se mida, cerca del 80% del genoma. Hay una fundación sin fines de lucro que tiene un premio para crear ratones que vivan indefinidamente. La competencia científica internacional se llama el Premio del Ratón Matusalén para crear ratones que alcancen vidas muy largas, con una longevidad creciente. También hay un segundo premio para “rejuvenecer” ratones. Los científicos que participan en el “Premio del Ratón Matusalén” esperan que en dos décadas se pueda controlar el proceso de envejecimiento en los ratones, y quizás una década más tarde se pueda hacer lo mismo en los humanos.

En pocas palabras, lo que hoy parece magia, pronto quizás podrá ser realidad. Los avances científicos recientes muestran que la inmortalidad física no es imposible, y que muchos de nosotros llegaremos a verla con nuestros propios ojos.

La biología nos enseña que la vida apareció para vivir. La vida no surgió para morir, sino para vivir. De hecho, las primeras formas de vida en nuestro planeta, las bacterias unicelulares que aparecieron hace más de tres mil millones de años, no envejecen. Aunque parezca increíble para quienes no tengan muchas nociones de biología, las bacterias no envejecen y pueden vivir cientos de años, miles de años,el hecho de que las bacterias no sufran del proceso de envejecimiento no quiere decir que no mueran nunca, pero por lo menos no envejecen como nosotros los seres humanos. Cuando las bacterias se reproducen, la bacteria madre es igual a la bacteria hija, sin considerar alguna posible mutación  y ambas forman colonias que no envejecen, aunque claro que pueden morir si se enferman, si son comidas o si son asesinadas.

Con la aparición de organismos multicelulares hace cientos de millones de años, el proceso evolutivo biológico sólo conservó el no envejecimiento de las principales células para la sobrevivencia de una especie: las células reproductivas. La biología moderna nos muestra que las células germinales no envejecen, aunque el resto de un organismo (formado por las llamadas células somáticas) sí envejece. Es decir, mientras la mayor parte de un organismo envejece, las células germinales permanecen en buenas condiciones. Aunque no parezca intuitivo, hoy sabemos que las células germinales no envejecen y que los óvulos y espermatozoides producidos por las células germinales pueden ser conservados indefinidamente, casi siempre congelados. Pero dichos óvulos y espermatozoides, al igual que embriones congelados, pueden ser descongelados más tarde para ser utilizados. De hecho, gran parte del ganado hoy es producto de la inseminación artificial con óvulos y espermatozoides que pueden haber sido congelados.

Hoy hay investigadores que están estudiando científicamente por qué las bacterias no envejecen, ni tampoco las células germinales. Al paso que avanzamos, la ciencia nos acerca cada día más a la inmortalidad.

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