El gran antropólogo y arqueologo francés Paul Rivet y otros investigadores observaron un sinnumero de paralelismos entre artefactos de la Polinesia y de la costa pacifica americana.
Los arqueologos han encontrado modelos o maquetas de edificios de la cultura tolita hechos de arcilla con una estructura arquitectónica muy peculiar: son casas y templos de planta rectangular con una sola entrada frontal y tejado de doble vertiente o a dos aguas, de paredes bien solidas y, a veces, con columnas que sostienen un pequeño pórtico.
Se trata de viviendas de estilo oriental (tailandesas o indonesias) como aun hoy se siguen construyendo. Algunos pórticos y cornisas están decorados con frisos de motivos geométricos de varios colores en los cuales aparecen sentados en ocasiones, en la escalera de acceso, personajes con rostros y trajes típicamente sudasiaticos.
También existen maquetas de pirámides escalonadas de dos o tres plataformas encimadas por una casa en cuya puerta igualmente se exhibe un personaje aparentemente con rasgos orientales o de estilo hindú en posición de meditación y con los índice y pulgar unidos, por no mencionar las figurillas que representan seres de apariencia búdica con la famosa zampoña o flauta de pan con sus tubos verticales amarrados de tal manera que forman dos triángulos opuestos.
Investigadores como Heine-Geldem, experto en metalurgia prehispanica, opinan que las piezas quimbayas adoptan las mismas técnicas de orfebrería de varios pueblos asiáticos de la India e Indonesia que podrían haber llegado a América antes que Colon. Y pruebas para corroborar esta teoría no faltan.
José Perez de Barradas cita en su libro Viejas y Nuevas Teorías sobre el Origen de la Orfebrería Prehispanica en Colombia (Bogota, 1956) que encontró una perfecta cabeza de Buda en un pectoral calima y otra en un pectoral de la cultura tolita de Campohermoso muy similar a las de Sumatra.
Ambas culturas, la Calima y Tolima, ocuparon Colombia en fechas muy próximas a las del desarrollo de los quimbayas.
Los arqueologos han encontrado modelos o maquetas de edificios de la cultura tolita hechos de arcilla con una estructura arquitectónica muy peculiar: son casas y templos de planta rectangular con una sola entrada frontal y tejado de doble vertiente o a dos aguas, de paredes bien solidas y, a veces, con columnas que sostienen un pequeño pórtico.
Se trata de viviendas de estilo oriental (tailandesas o indonesias) como aun hoy se siguen construyendo. Algunos pórticos y cornisas están decorados con frisos de motivos geométricos de varios colores en los cuales aparecen sentados en ocasiones, en la escalera de acceso, personajes con rostros y trajes típicamente sudasiaticos.
También existen maquetas de pirámides escalonadas de dos o tres plataformas encimadas por una casa en cuya puerta igualmente se exhibe un personaje aparentemente con rasgos orientales o de estilo hindú en posición de meditación y con los índice y pulgar unidos, por no mencionar las figurillas que representan seres de apariencia búdica con la famosa zampoña o flauta de pan con sus tubos verticales amarrados de tal manera que forman dos triángulos opuestos.
Investigadores como Heine-Geldem, experto en metalurgia prehispanica, opinan que las piezas quimbayas adoptan las mismas técnicas de orfebrería de varios pueblos asiáticos de la India e Indonesia que podrían haber llegado a América antes que Colon. Y pruebas para corroborar esta teoría no faltan.
José Perez de Barradas cita en su libro Viejas y Nuevas Teorías sobre el Origen de la Orfebrería Prehispanica en Colombia (Bogota, 1956) que encontró una perfecta cabeza de Buda en un pectoral calima y otra en un pectoral de la cultura tolita de Campohermoso muy similar a las de Sumatra.
Ambas culturas, la Calima y Tolima, ocuparon Colombia en fechas muy próximas a las del desarrollo de los quimbayas.
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