Sin embargo, ya hacia mas de dos mil años, una extraña cultura que se asentaba en Ecuador sabia como trabajar el indomable oro blanco. Tal era la perfección que obtuvieron con sus tallas, que un joyero actual pensaría que las piezas tolitas son falsificaciones modernas.
Casi tan sorprendente como la tecnología empleada por los tolitas con el oro blanco fue la desarrollada por los quimbayas de Colombia, quienes dieron con una aleación perfecta de oro y cobre cuya dureza hacia a este metal útil para confeccionar picos, hachas, cinceles, buriles o punzones.
Lo mas sorprendente es que esta aleación no fue trabajada hasta hace bien poco por la ciencia moderna. Las formas caprichosas y complicadas de los objetos, tanto de los huecos como de los macizos, se lograban gracias al método de fundición de cera perdida, que consiste en el modelado de la cera de abeja de la pieza que se desea obtener, recubriéndola con arcilla y dejando un orificio de comunicacion en el exterior.
Cuando el conjunto se calienta, la cera se derrite y es eliminada del interior del molde. A continuación, se vierte el oro fundido en el molde que, una vez solidificado, se rompe librando la pieza.
Los esmerados quimbayas también desarrollaron una técnica denominada mise en couleur para embellecer las piezas gracias a un oro de baja ley con apariencia cobriza. También fueron capaces de eliminar las capas menos nobles de los metales dejando de ellas solo visible el oro. Por si fuera poco, consiguieron eliminar el menor indicio de soldaduras entre los objetos y crear hojas de metal tan finas como el papel.
No menos desconcertantes fueron los procedimientos que emplearon los antiguos habitantes de Diquis (Costa Rica), quienes al igual que los quimbayas pusieron en practica la técnica del mise en couleur, que consistía en calentar y bañar con determinados ácidos extraídos de vegetales la tumbaga de baja proporción de oro. Así lograban eliminar la superficie de cobre de la pieza, dejando a la vista una capa de oro.
Sigue sin descubrirse que plantas eran empleadas en este singular y sofisticado proceso.
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