Al menos esta el la tesis propuesta por el profesor de psicología de la Universidad de Maryland, Robert Provine.
En los cuadrupedos, hay una relación estrecha entre el ritmo de respiración y el desplazamiento sobre las patas. Los pulmones deben llenarse de aire regularmente para añadir rigidez al complejo torácico, ya que ello ayuda a absorber los impactos de las extremidades delanteras al correr. Sin dicha sincronización, el tórax se vuelve débil y no podría resistir tales golpes.
Cuando los primates se levantaron y empezaron a caminar sobre sus dos piernas -explica Provine- su tórax se vio liberado de esta función locomotora. El caminar y la respiración quedaron así desligados, y esta flexibilidad permitio a los humanos regular su ritmo respiratorio y, finalmente, empezar a hablar.
De hecho, el hombre puede hablar o reír gracias a que modula los sonidos producidos durante el paso del aire hacia el exterior, procedente de los pulmones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario