Según algunos investigadores, los oviraptores no serian en realidad, como se creía hasta ahora, "ladrones de huevos" ajenos, sino amantisimos padres. De hecho, el esqueleto encontrado en el desierto de Gobi, en Mongolia, quedo atrapado por una tormenta de arena cuando, según los investigadores, podría haber huido dejando abandonadas a sus crías.
El fósil fue descubierto en 1993 por investigadores del Museo Americano de Historia Natural, la Universidad de George Washington y la Academia de Ciencias de Mongolia.
Esta hipótesis vendría a demostrar que, antes de la aparición de las aves modernas sobre la faz de la Tierra, los dinosaurios ya empollaban huevos.
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