Hace ocho años Condolezza Rice consejera de Seguridad Nacional de EE.UU., decía: "Nunca se nos ocurrió pensar que un avión secuestrado fuera capaz de semejante cosa". Mintió.
El 11 de septiembre de 2001, el National Reconnaissance Office-NRO (Agencia Nacional de Reconocimiento), con sede en Chantilly, Virginia, tenia previsto realizar un ejercicio de adiestramiento empleando ese mismo concepto.
Un avión descontrolado chocaria contra una de las oficinas de la NRO simulando un accidente. Los jefes de la agencia querían comprobar la reacción de sus empleados frente a un desastre. No iban a usar un avión autentico, pero pensaban cerrar escaleras y salida, obligando a los trabajadores a buscar otros medios de evacuacion.
Tras los atentados del 11-S, la mayoría de los 3000 empleados de la NRO fueron enviados a casa. El gobierno declaro que tal coincidencia no había sido otra cosa que una grotesca casualidad.
Salvo el avión que no llego a estrellarse contra el Congreso estadounidense-o contra la Casa Blanca-, todo lo acontecido durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 estaba calcado de una famosa novela de Tom Clancy. Se trata de Ordenes Ejecutivas, publicada en 1998, en la que aparece incluso el fugaz ataque bacteriologico con ántrax que tuvo lugar durante las dos semanas posteriores al 11-S.
El 11 de septiembre de 2001, el National Reconnaissance Office-NRO (Agencia Nacional de Reconocimiento), con sede en Chantilly, Virginia, tenia previsto realizar un ejercicio de adiestramiento empleando ese mismo concepto.
Un avión descontrolado chocaria contra una de las oficinas de la NRO simulando un accidente. Los jefes de la agencia querían comprobar la reacción de sus empleados frente a un desastre. No iban a usar un avión autentico, pero pensaban cerrar escaleras y salida, obligando a los trabajadores a buscar otros medios de evacuacion.
Tras los atentados del 11-S, la mayoría de los 3000 empleados de la NRO fueron enviados a casa. El gobierno declaro que tal coincidencia no había sido otra cosa que una grotesca casualidad.
Salvo el avión que no llego a estrellarse contra el Congreso estadounidense-o contra la Casa Blanca-, todo lo acontecido durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 estaba calcado de una famosa novela de Tom Clancy. Se trata de Ordenes Ejecutivas, publicada en 1998, en la que aparece incluso el fugaz ataque bacteriologico con ántrax que tuvo lugar durante las dos semanas posteriores al 11-S.

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