La posibilidad de vida en otros planetas podría ser muy superior a la que se creía hasta el momento, según el conocido astrónomo Frank Drake.
Medio siglo después de que estableciera la formula que lleva su nombre, que estima el numero de civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia, Drake a admitido que a la luz de los nuevos conocimientos se quedo corto en la apreciación del numero de planetas susceptibles de soportar formas superiores de vida.
La formula original establece una estrecha franja en torno a la estrella en la cual un planeta podría tener la condiciones ambientales necesarias para la vida, pero Drake apunta ahora que no tuvo en cuenta el posible efecto invernadero, por lo que planetas situados mucho mas lejos de su estrella podrían tener unas condiciones ambientales compatibles con la vida.
Este podría ser el caso de Europa, la luna de Júpiter, que esta envuelta en una especie de atmósfera.Los llamados planetas errantes, que no orbitan ninguna estrella, también podrían albergar formas de vida, si en su corteza hay suficientes elementos radiactivos para calentarlos.
Hasta el momento Drake solo había considerado las estrellas de tipo R, como nuestro sol, descartando para la vida las M, conocidas como enanas rojas, que son el ochenta por ciento de las de la galaxia. La causa es que los planetas deberían estar tan cerca de su tibio sol que acabarian siempre con la misma cara hacia la estrella, como pasa con nuestra luna.
En una cara de ese planeta seria siempre de día, con temperaturas abrasadoras, y la otra permanecería en una helada noche eterna. Pero el científico apunta ahora que en la zona intermedia, con un permanente crepúsculo, se podría encontrar lo que se denomina zona Camelot, con un clima idóneo para la vida.
Medio siglo después de que estableciera la formula que lleva su nombre, que estima el numero de civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia, Drake a admitido que a la luz de los nuevos conocimientos se quedo corto en la apreciación del numero de planetas susceptibles de soportar formas superiores de vida.
La formula original establece una estrecha franja en torno a la estrella en la cual un planeta podría tener la condiciones ambientales necesarias para la vida, pero Drake apunta ahora que no tuvo en cuenta el posible efecto invernadero, por lo que planetas situados mucho mas lejos de su estrella podrían tener unas condiciones ambientales compatibles con la vida.
Este podría ser el caso de Europa, la luna de Júpiter, que esta envuelta en una especie de atmósfera.Los llamados planetas errantes, que no orbitan ninguna estrella, también podrían albergar formas de vida, si en su corteza hay suficientes elementos radiactivos para calentarlos.
Hasta el momento Drake solo había considerado las estrellas de tipo R, como nuestro sol, descartando para la vida las M, conocidas como enanas rojas, que son el ochenta por ciento de las de la galaxia. La causa es que los planetas deberían estar tan cerca de su tibio sol que acabarian siempre con la misma cara hacia la estrella, como pasa con nuestra luna.
En una cara de ese planeta seria siempre de día, con temperaturas abrasadoras, y la otra permanecería en una helada noche eterna. Pero el científico apunta ahora que en la zona intermedia, con un permanente crepúsculo, se podría encontrar lo que se denomina zona Camelot, con un clima idóneo para la vida.
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