Según el conocido escritor orientalista Ramiro Calle, "no hay acción sin reacción o causa sin efecto y ya indicaban los antiguos sabios de Oriente que donde quieras que pongas una condición, en alguna parte sera seguida de otra, aunque muchas veces, por nuestra limitada y esclerótica visión, no somos capaces de vislumbrar o medir las consecuencias de nuestros actos".
Según esta definición es muy importante "ser cuidadoso con nuestras acciones y teñirlas lo menos posible de egoísmo, codicia o malevolencia". Calle añade que "siempre somos los responsables de nuestros actos y sus consecuencias, y como dijera Buda, no hay lugar en este mundo donde no podamos ser alcanzados por las consecuencias de nuestros actos".
Por esto mismo hay quien podría pensar que los creyentes en el karma se ven sometidos a una pesada carga, no obstante, tal y como dice Ramiro Calle, "si la intención es pura, el karma no nos somete a servidumbre, sino al revés, es el amigo que nos conduce a la libertad interior".
Lo cierto es que el concepto de karma va mas allá de las religiones. Sus seguidores la elevan a la categoría de Ley Universal que esta presente en cada uno de nosotros, en cada persona, en cada vida.
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