Esta creación de la empresa británica GFS Projects Limited ha levantado un gran revuelo y hasta el Gobierno de Estados Unidos se intereso por ella. La forma de estos dispositivos recuerda a la de los ovnis de las décadas de 1950 y 1960.
Funcionan mediante el "efecto Coanda", que consiste en varios chorros de aire cargados eléctricamente que salen de unos inyectores y que son atraídos por una plancha de metal curva cercana, lo que genera un efecto antigravitacion.
Hasta el momento estas pequeñas naves de entre 1 y 3 metros de diámetro funcionan con bacterias, pero en un futuro se diseñaran modelos mas grandes provistos de motores de combustión interna.
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