Pues bien, si pudiéramos extraer estas células madre, cultivarlas y manipularlas adecuadamente, quizá seria viable implantarlas en una persona afectada por una enfermedad degenerativa, de forma que se convirtieran en células nuevas y sanas capaces de reemplazar las tejidos dañados del paciente.
Aunque los científicos aseguran que especular a tan largo plazo es todavía pura ciencia ficción, es posible que no este lejos el día en el que se pueda dirigir la evolución de las células madre hasta lograr que se transformen en un corazón, un riñón o un hígado, es decir, en órganos artificiales completos, manufacturados casi totalmente en un laboratorio.
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