El sistema consta de unos cascos y un aparato de telecontrol que emite imperceptibles descargas eléctricas que afectan al sistema vestibular del oído, la zona donde reside el equilibrio.
Al incidir sobre esta área, es posible controlar a distancia la orientación y los movimientos de la persona, incitandola a que tome una u otra posición. El invento tendrá sorprendentes aplicaciones en la creación de videojuegos mas realistas.

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