Investigadores de la Universidad de Reding (Reino Unido) han encontrado concentraciones elevadas de desodorantes elaborados con estos componentes en mujeres con cancer de mama.
¿Que alternativas se nos ofrecen para evitar que la toxicidad de estos productos mine nuestra salud? La primera es mejorar nuestra dieta, pues el olor corporal fuerte es señal de la presencia de elementos tóxicos en nuestro organismo. Los productos cárnicos y los lácteos potencian el mal olor corporal y, por tanto conviene evitarlos. Pero además contamos con otras posibilidades:
-Desodorantes cristalizados: No manchan ni contienen sustancias toxicas y se aplican sobre la piel humedecida. Su componente principal es el alumbre amónico y se venden en spray, en crema o en barra de cristal.
-Desodorante casero en polvo: Los ingredientes son media taza de bicarbonato de sosa, media taza de maíz en polvo y unas gotas de aceites esenciales (espliego, bergamota, enebro o canela). Hay que mezclarlos en un frasco, que agitaremos con fuerza. Para usarlo se espolvorea una fina capa de la mezcla sobre una toallita húmeda, que aplicaremos sobre nuestra axila. Se deja secar sin enjuagar.
-Desodorante casero liquido: Esta compuesto por extracto de hamamelis, gel de aloe vera y agua mineral a partes iguales. A esta mezcla se le añade una cucharada de glicerina y unas gotas de aceites esenciales antibacterianos (lavanda, tomillo, etc.) y se coloca todo en una botella con spray.
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